miércoles, 20 de febrero de 2013

Dia absurdo.

No tan absurdo como tonto.


Esta madrugada he soñado que era un moco. Y justo cuando me lo estaba pasando genial suena el despertador. Que cabreo... Ser un moco es ser guay, os lo digo yo, que de eso se un rato. Imaginaros, como que esta noche lo he sido durante algunas horas. Un moco, allá en el mundo nasal, no es solo una mierda verde que sale de la nariz y que a veces nos comemos, no, es mucho más... en fin, que momento más maravilloso...

Total, que me he despertado y como cada mañana nada más levantarme voy al baño, enciendo el calentador, abro el grifo, y me quedo mirando durante un cuarto de hora la cara de subnormal que se me queda cuando me despierto temprano. Y nada, que me ducho, me pongo guapa, vamos que lo intento, y me voy a clase; tarde.

Llego a clase y a primera hora PUM... UN EXÁMEN. queeeeeeeeeeee? "Un exámen, si quieres lo haces y si no te lo comes" dijo el profesor. Oye!, que era un exámen sorpresa!

Bueno,... no me ha salido tan mal.(ya, ya...)

A lo largo de la mañana he pensado... hoy estudio.

He llegado a mi casa, he comido, y me he quedado dormida.

19:00; noooooooooooooooo

Venga ahora me pongo, pero si no meriendo no rindo... jajaja...en fin

Vamos que aquí estoy, estudiando.
No, si en realidad tengo el libro al lado y a veces lo ojeo...

Y encima, va y viene mi amiga la vesina! Mi amiga Rocío, que es guay del paraguay. Y claro, me he entreenido... pero ha sido su culpa! yo solo le abrí la puerta...

Total que...



 Claro que después...

Pero vamos que al final...
Y poco más...

Bueno, este ha sido mi dia genial, absurdo y estúpido.

Mañana estudio, lo juro.




1 comentario:

  1. Desde un punto de vista freudiano ortodoxo, estimada Sarah, has soñado con tu estancia en el útero materno. Allí fuiste un "moco-embrión" hasta el momento en el que se produjo el traumático nacimiento (afortunadamente para el mundo de la escena, nadie se comió este moco). Además, conviene recordar que los datos sensoriales olfativos son los primeros en llegar a la corteza cerebral, por su cercanía con el segundo de mis órganos más queridos. Tal vez ello indique que tu naturaleza es proclive a las piruetas del intelecto. En fin, que no es de extrañar que no quisieras abandonar el útero-nariz que te dió cobijo, puesto que, como afirma Hobbes, "homo homini lupus est".

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